Dejad a los Niños Venir a Mí: La Importancia de la Inocencia en el Reino de Dios

Un Pasaje Lleno de Amor y Enseñanza

En el Evangelio de Lucas 18:15-17, encontramos un momento conmovedor en el que Jesús, lleno de amor y compasión, recibe a los niños que se le acercan. El pasaje dice:

“Traían a él los niños para que los tocase; lo cual viendo los discípulos, les reprendieron. Mas Jesús, llamándolos, dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios. De cierto os digo, que el que no recibe el reino de Dios como un niño, no entrará en él.”

Este texto nos invita a profundizar en el corazón del mensaje de Jesús y a comprender la pureza y simplicidad de la fe que Él valora.

La Reacción de los Discípulos

Es interesante observar que los discípulos intentaron impedir que los niños se acercaran a Jesús. En su época, los niños no eran vistos como miembros importantes de la sociedad, y probablemente los discípulos pensaron que Jesús no debería “perder el tiempo” con ellos. Sin embargo, Jesús desafía esta perspectiva con un acto revolucionario: les da a los niños un lugar de honor en su reino.

La Bienvenida Incondicional de Jesús

Jesús, con su voz llena de amor y autoridad, reprende a los discípulos y acoge a los niños con brazos abiertos. Este gesto es un recordatorio poderoso de que Dios no rechaza a nadie, sino que acoge a todos con un amor infinito, especialmente a los más humildes y vulnerables. Jesús nos enseña que la pureza de corazón y la fe sencilla son cualidades esenciales para entrar en el reino de Dios.

¿Qué Significa Recibir el Reino de Dios Como un Niño?

Cuando Jesús dice: “El que no recibe el reino de Dios como un niño, no entrará en él,” nos invita a reflexionar sobre la forma en que nos acercamos a Dios. Los niños poseen cualidades que a menudo se pierden con el tiempo: la confianza, la sencillez, la humildad y la capacidad de asombrarse ante las maravillas de la vida. Jesús nos pide que cultivemos estas cualidades en nuestra relación con Dios.

1. Fe Sencilla y Pura: Los niños confían plenamente en sus padres, sin reservas ni dudas. De la misma manera, Jesús nos invita a confiar en Dios con un corazón abierto y sincero, sin complicaciones ni escepticismo.

2. Capacidad de Asombro: Los niños se asombran y maravillan ante lo que para los adultos puede parecer ordinario. Jesús nos llama a redescubrir la grandeza de Dios y a vivir con un corazón lleno de gratitud y asombro.

3. Humildad: Los niños no buscan poder ni estatus; viven el momento con un sentido de humildad. Del mismo modo, Dios valora la humildad y nos pide que nos acerquemos a Él sin pretensiones.

Reflexión Final

El mensaje de Jesús en este pasaje es claro: para ser parte de su reino, debemos adoptar una actitud de humildad y pureza de corazón. Debemos abrirnos al amor de Dios con la misma confianza y alegría que un niño tiene hacia su padre. Jesús nos muestra que su amor no excluye a nadie y que todos somos bienvenidos, sin importar nuestra edad o condición.

Preguntas para Reflexionar

  1. ¿Qué significa para ti tener una fe como la de un niño?
  2. ¿Hay aspectos de tu vida espiritual que se han vuelto demasiado complicados o rígidos? ¿Cómo puedes simplificarlos y acercarte a Dios con más humildad?
  3. ¿De qué manera puedes mostrar amor y acogida a los más vulnerables, tal como lo hizo Jesús?

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